sábado, 21 de septiembre de 2019

De Valencia a Granada

Después de seis intensos años vividos en Nazaret - Valencia, unos cambios me han destinado a Granada.
Los seis años vividos en Valencia han sido de una inensidad grande. Como les decía a las personas que me acompañaban en la última eucaristía celebrada en la parroquia Ntr. Sra. de los Desamparados de Nazaret, he sido muy feliz. Allí he vivido experiencias preciosas en el contexto del barrio de Nazaret, de La Punta y de la prisión que me han ayudado a madurar no sólo personalmente, sino en mi fe y en mi vocación. En ese contexto he vivido experiencias que han dejado hueya en mi corazón como han sido la muerte de mi madre. He tenido el regalo de Dios de vivirlo todo con una sencilla pero estrecha comunidad redentorista, en la que hemos compartido cuanto hemos vivido. Sólo una palabra me sale desde lo hondo del corazón: Gracias. Un gracias sostenido por la palabra perdón, si en algo no he estado a la altura. Os llevo a todos en el corazón.

El día 8 de septiembre partía de Valencia para Granada. Ya me he instalado. Aquí me han confiado el ser misionero: entregarme al anuncio del Evangelio de forma itinerante. Confío al Señor esta nueva etapa de mi vida. En la tierra que me vio nacer; entre amigos, familiares y conocidos. Tengo mucha ilusión en esta nueva etapa. Espero no defraudar las expectativas y que el Señor me conceda entregarme en la vida itinerante al servivio del Evangelio animando y llevando la alegría del Reino a los lugares donde mi calendario me envíe. 

Como en otra etapa, me gustaría ir sacando tiempo para ir compartiendo con vosotros las vivencias de cada uno de los lugares por donde vaya.

lunes, 19 de marzo de 2018

El amor hecho solidaridad en el cautiverio


Cada cuarsma visita el Centro penitenciario de Picassent la imagen de Jesús de Medinaceli del Grao de Valencia. Muy sugerente ver una imagen de Cristo cautivo entre las rejas de los módulos. Hagamos recuerdo de la historia de la imagen original; llevada en cautividad junto con los habitantes del enclave español en la costa marroquí por los piratas berberiscos. La imagen junto a sus compañeros de cautiverio fue rescatada por los frailes trinitarios. De ahí su nombre: El divino Redentor cautivo y rescatado.

Durante la procesión por aquellos pasillos de el pasado año, me encontré en la entrada de uno de los módulos, con un joven al que conocí hacía unos años y que ya estaba en semi-libertad (tercer grado).  El corazón me dio un pálpito; por mi mente pasó una pregunta: "¿Qué habrá hecho? Leyéndome el pensamiento, se acercó y me dijo: "Antonio, no te asustes, que no me he metido en ningún lio".
 
Tras la procesión me acerqué y me contó el misterio. Le quedaban 15 días para la libertad total, después de 4 años de cárcel. Pero su hermano pequeño acababa de entrar en el centro penitenciario para pagar 3 años de prisión. Nuestro protagonista no podría ver a su hermano hasta pasados un par de años, en que sus antecedentes penales se lo permitieses. Por esa razón renunció a la semi-libertad, ingresó en el Centro penitenciario para pasar ahí las dos semanas y poder ver y acompañar a su hermano antes de salir en libertad.

Este relato, con el recuerdo de la imagen por los pasillos del centro penitenciario, me recordó el texto de Pablo a los Filipenses: "Cristo a pesar de su condición divina...  se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo... y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.... El amor se hace solidaridad también con el cautivo.

(Texto publicada en la Revista PS Icono en el año 2017)

lunes, 5 de marzo de 2018


Desde la cara oculta

Todos conocemos que la luna tiene su cara oculta; desde nuestra perspectiva solamente podemos ver aquella que se nos muestra cada noche. La otra permanece en el silencio y anonimato. Sabemos de su existencia, pero vivimos ignorándola. En la vida pasa algo similar; hay una parte de ella y de la sociedad que nos es oculta.

Habitualmente aparecen en los medios un tipo de realidad que genera noticia y expectación, pero que es sesgada. En esta sociedad de la imagen en la que vivimos, nos hemos acostumbrado a pensar que sólo existe aquello que aparece por la televisión o que está en la red. Esta ilusión se ha convertido en el sueño de muchas personas; tener una oportunidad de éxito; asomarse a la ventana de la fama con la que estar entre las personas que "existen".

Pero todos sabemos que la vida es más amplia que lo que aparece en los medios de comunicación. Nuestra sociedad vive de espaldas a  una franja de población que vive, sueña, sufre y festeja; pero que no es noticiable. Son la cara oculta de nuestro mundo; la población que no aparece y la que apenas cuenta. Barrios enteros o realidades complejas que viven ignoradas del interés social.
Por los azares del destino y otras decisiones, vivo rodeado de pequeñas historias que no aparecen en las noticias. Verdaderas historias de salvación que permanecen ocultas a los medios, pero que contienen una gran riqueza. Pequeñas historias con las que convivo cada día, que son esa cara oculta hay vida, y que pretendo compartir con mis lectores retomando este blog.

martes, 30 de abril de 2013

Avivando el brasero de la fe en Villanueva del Arzobispo


En las estribaciones de la Sierra de las Villas de Jaén y parte del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas está enclavada la Villanueva del Arzobispo, un próspero municipio olivarero con unos 8000 habitantes. Todo el pueblo se apiña como un racimo, en torno a la iglesia parroquial, construida en lo que fue un castillo árabe y dedicada a San Andrés.
 
El día que llegamos los misioneros, pregunté si recordaban los braseros de carbonilla; y no solo se acordaban, sino que en muchos de los hogares de la población seguían calentándose con él. Después de la experiencia vivida en esta parroquia durante 17 días, puedo asegurar que no hay mejor analogía para hablar de esta misión que la de “remover el brasero” para avivar sus brasas ocultas entre la ceniza y que estas recuperen el poder calorífico, a la vez que contagian a otros carbones apagados para que ardan y ofrezcan su calor. Hemos compartido vida, trabajo e ilusiones misioneras los sacerdotes redentoristas Manuel Cabello, Miguel Castro y Antonio Manuel Quesada y los misioneros laicos Sara Abalo, una catequista de San Gerardo de Madrid y Diego Castro y Rica Pérez, un matrimonio de Sevilla pertenecientes a la comunidad de laicos redentoristas de esa ciudad; una buena comunidad misionera, que junto al párroco, Bartolomé López, hemos ofrecido lo mejor que teníamos para anunciar y acercar a los villanovenses  a Cristo, e intentar mover su corazón para que se sumen a la vida de la iglesia.
La Virgen de la Fuensanta, patrona de las Villas, desde su Santuario, atendido por los Trinitarios, vela y cuida con sus ojos misericordiosos que las brasas de Evangelio que caldean la fe del pueblo no se extinguieran; será por eso por que se mantiene la fe, sobre todo a través de las devociones populares y la vida de las cofradías. También el cuidado de los párrocos y el trabajo de las Hijas de Cristo Rey,  Hermanitas de los ancianos desamparados y del Colegio jesuítico de la Sagrada Familia y la oración callada de las Dominicas han contribuido a que las brasas de la fe sigan vivas. Y no podemos olvidar el trabajo de los cohermanos redentoristas que en 1944, desde Granada, misionaron esta parroquia y dejaron huellas tan profundas que aún quedaba el recuerdo, fotografías, anécdotas, estampas y la presencia inestimable del Perpetuo Socorro de la Virgen en un altar lateral de la iglesia, flanqueada por las imágenes de San Alfonso y San Gerardo. Y cerca del icono la gran cruz de misión que ha ido recogiendo las distintas misiones, redentoristas y jesuíticas que han anunciado la salvación en la Villa. 

La misión ha sido como un viento fresco que ha volado las cenizas que ocultaban esas brasas de fe y que las han avivado para que la fe caldee y entusiasme sus corazones. Y usando la analogía de otro misionero, cuando la fe calienta, el Espíritu es como el aceite, que crece y lo impregna todo. Algo así ha ido aconteciendo en esta misión.
Para que el viento llegase a todos los rincones funcionaron durante la primera semana de misión casi 60 asambleas, en las que participaron unas 800 personas, de todas las edades. Si en otros lugares la semana de asambleas tiene subidas y bajadas, esta ocasión supuso un incremento constante que fue abriendo todos los corazones a Cristo; incluso se produjo algún milagro consistente en la reconciliación de enemigos de más de 20 años, al ser invitada una persona a la asamblea celebrada en la casa de la persona con la que estaba enemistada. Tuvo la eclosión final en la Eucaristía del sábado, donde la gran iglesia se quedó pequeña para acoger a todos. Se hablaba entre los corrillos del segundo milagro de la misión, que no era otro que el de la iglesia abarrotada, cosa que no pasaba ni en los oficios de Semana Santa, sino solo acontece de vez en cuando en los entierros de personas muy destacadas del pueblo.

Otra bocanada de aire durante las dos semanas han sido las Eucaristías misioneras celebradas en doble horario; a las 8,30 en el Monasterio de Santa Ana de las MM. Dominicas; a las 10,30 en la Iglesia del Cristo de la Vera Cruz, patrón del pueblo; entre una y otra, participaron una media de 120 personas. Después de ambas celebraciones y antes de las vespertinas un número significativo de personas han buscado al misionero para dialogar y celebrar la reconciliación. El P. Miguel Castro y Sara se han multiplicado para llevar el viento del espíritu a los 4 centros educativos, invitando a niños y adolescentes  a los encuentros de misión. A la par, los PP. Manuel Cabello y Antonio M. Quesada, junto con el matrimonio Diego y Rica, hemos llevado la brisa consoladora del Espíritu a los enfermos y ancianos que no podían trasladarse para participar en los actos ni en los encuentros tenidos con todos ellos todas las mañanas después de la Eucaristía. A los más pequeños fueron atendidos en durante las catequesis, facilitándonos los catequistas a los misioneros el encuentro misional durante ambas semanas de misión. Para alentar la vida de fe de los matrimonios contamos con la experiencia de Diego y Rica, que venciendo a los tentadores partidos de futbol, se reunieron después de las celebraciones misioneras con un buen grupo de parejas, que quedaron muy animadas para constituir un grupo de matrimonios. Por último, para los jóvenes, Miguel Castro y Sara han logrado organizar con los más implicados un encuentro festivo un viernes por la noche en un pub, al que acudieron muchos jóvenes y que sirvió para convocarles. Tuvieron un encuentro las noches de la segunda semana y montaron una exposición sobre la trascendencia y las religiones para motivar la misión. Concluyó con una oración de jóvenes el último viernes. También el soplo del Espíritu avivó y encendió la llama del espíritu en ellos.
Pero si en algún momento se contagia el fuego y enciende la carbonilla apagada por simple contagio, eso sucede en las celebraciones misioneras de la segunda semana. Para ellas nos reunimos en la iglesia parroquial, más capaz que las anteriores, y con mejores condiciones celebrativas, que permitió que fueran concurridas, participativas y muy vistosas. Todos quedamos maravillados de lo celebrado. Y estas llegaron a su cenit con las dos peregrinaciones finales, al Asilo de Hermanitas de Ancianos desamparados donde tuvimos la Unción de los enfermos y al Santuario de la Virgen de la Fuensanta, al cuidado de los Trinitarios, donde celebramos la ofrenda floral y consagración a la Virgen María.
Como podéis sospechar, la eucaristía final fue la guinda donde celebramos verdaderamente el paso de Cristo por las calles y vidas de muchas personas que en un momento u otro se habían encontrado con Jesús y sus corazones habían sido tocados por su gracia, y han acogido su salvación. La conclusión de la misión no podía ser otra que el traslado de la Cruz Misionera con la inscripción de esta fecha de salvación a su sitio y la invitación a todos de besarla, bajo la atenta mirada de la virgen del Perpetuo Socorro.
Que ella siga avivando las brasas de Evangelio que han calentado la vida de fe durante estos días en Villanueva del Arzobispo.

sábado, 23 de marzo de 2013

En los caminos avilistas. Puertollano



 Uno se sorprende el tiempo que lleva sin narrar ninguna gesta evangelizadora. Los meses de diiciembre y enero han sido de entrenamiento y preparación. Tuvimos que esperar a las celebraciones de ceniza para comenzar nuestras andanzas caminantes, en primer lugar por Aluche - Madrid. Volver y reencontrarse con personas con las que has compartido anteriormente la vida, tiene mucho de reto y mucho miedo de no estar a la altura; que se va a hacer si somos así de egoistas, siempre pensando en la imagen. Vencidas los primeros miedos e impresiones, el Espíritu le permite a uno disfrutar a las personas, de la parroquia a la que fui enviado, San Alfonso, de la labor evangelizadora y de las ilusiones compartidas con el resto de misioneros y con los sacerdotes de la aprroquia. Me encontré con una comunidad que vive fuertemente la presencia de Dios en ella y que está buscando caminos con los que llevar la lz del Evangelio a los hermanos. Verdaderamente fue una bonita misión compartida con el P. Juanjosé, no faltaron las dificultades venidas sobre todo de su peculiaridad de ser un barrio de Madrid.
 
En esta misión de Madrid se han ensayado lo que puede ser una vuelta a la pastoral de conjunto con unaa acción interparroquial. No solo estuvo en miisión la parroquia de San alfonso, sino que estaban en miision a la par las de San Alfonso, San Geardo con los misioneros Arsenio y Juanba, y la de San Leandro, con el P. Manuel. A simple vista pudiera parecer que la misión en esta porción de Aluche pasó desapersivida, pero creo que tuvo más repercusión social que el aspecto exterior. Como ejemplo pudieran quedar los encuentros de jóvenes, uno más lúdico y otro de oración, y la eucaristía de clauusura, en el polideportivo Santa Gema, que tuvo un llenazo total. Uno descubre como cuando uno entrega lo mejor que tiene al final la gente se da también. Y  si alguna anecdota ha dejado esta miisión es la coincidencia de la renuncia del Papa Benedicto coincidiendo con la celebración de la Igllesia.
 
Y de Madrid, a uno de los puertos que comunican la Meseta con andalucía, Puertollano. En esta ciudad industrial, descendiente de mineros y que ahora gira en torno a refineriras y petroquímicas, y que presentaban como un lugar de dificultad, hemos estado en misión las Parroquias de San José, con los misioneros Juanba, Juanjo, Guille y Carlos, y San Antonio, con Manuel, Lalo y este trotamundos.
Estas tierras que tienen mucho de caballero calatravo y Quijote caminante, hemos pisado los caminos andados anunciando a Jesús por Juan de ávila, quien pateó estas tierras camino de Andalucía y donde se topó con las miserias de la minería que le llevó a exigir a Felipe II que crease un hospital donde tratar a aquellos que padecian la enfermedad del azogue.
 
Evangelizar en esta diócesis de ciudad Real es encontrarse con los veneros que fecuandan las entrañas de esta tierra manchega; cuando uno ahonda en la experiencia de la gente, enseguida aflora la experiencia de Dios escondida en los sótanos de las personas. Quizás por esa razón tuvo el mismo Avila que bajar a la cueva escabada debajo de su casa de la vecna Almodóvar para encontrarse consigo mismo y con Dios. También los miisioneros fuimos infitados a bajar a los sótanos de las personas que componían las comunidades y enconttrarnos con la verdad que encierran.
 
La experiencia en la parroquia de San antonio ha sido muy entrañable. Las asambleas han ido removiendo la tierra que algunas personas tenían en el hondón de su alma, y que les ha permitido ilusionarse con la fe. Muy signiificativo ha sido el poder contar con el cooro parroquial animando las celebraciones, la presencia en la misión de jóvenes que andan buscando los caminos de Dios, con los que hemos podido contar en todo momento. Edificante ha sido el testimonio de eclesialidad de la comunidad neocatecumenal. Y si alguna anecdota ha dejado marcada esta misión ha sido por la elección del Papa Francisco. Merece reseñar el viacrucis precioso que vivimos el popular viernes de dolores entre ambas parroquias misionadas. La Iglesia, pueblo de Dios en marcha, pudo vencer con María al pie de la cruz, las inclemencias de la lluva y acompañar así el camino de la cruz. Y si uno miraba el nutrido coro de jovenes de ambas parroquias hasta el alma se elevaba a Dios con los cantos populares.
 
Dar las gracias a los compañeros misioneros por la vivenncia de estos días, a ls postulantes redentoristas por su ilusión y estimulo miisionero, y a los sacerdotes por su ilusión, empuje y busqueda evangelizadora. Esperemos que de fruto.

lunes, 26 de noviembre de 2012

En el corazón de Calatrava


Desde el sábado pasado nos encontramos el P. Arsenio y este trotamundos en el corazón del Campo de Calatrava, en una población llamada Bolaños. Es este un pueblo de unos 12000 habitantes, apiñado alrededor de un castillo, cuyas bases pusieron los árabes y que más tarde sirvió como alojamiento del Comendador de Calatrava. A unos 3 ó 4 km de la villa de Almagro, fue creciendo Bolaños con las personas que servían en las casasseñoriales de la capital del teatro.
 
Aquí nos encontramos durante unos 8 días de Misión Cofrade. Existen en esta villa 19 cofradías y hermandades. En ellas están involucrados la mayor parte de la población cristiana. Por ello han creído conveniente los sacerdotes darles in impulso evangelizador. La primera impresión no es mala; muchas personas en las reuniones y eucaristías celebradas. Las tertulias cofrades han ido mas o menos .... no obstante, nosotros andamos aún a la expectativa, como la cigueña que vive en la torre de la iglesia, siempre a la expectativa.

viernes, 23 de noviembre de 2012

De Zarandona a Sevilla pasando por Jaen


La segunda semana continuamos celebrando la fe en las celebraciones misioneras, que, aunque menos nutridas que la de las asambleas, también tuvo un número de participantes y no fue menos la vida compartida. Paralelo se atendieron a los niños, bien en el colegio, bien a través de la catequesis o la Eucaristía de niños; siendo este uno de los sectores más grandes por su número, de la parroquia. Otro sector significativo fue el de los matrimonios, por existir un grupo de matrimonios de mediana edad integrados en la parroquia a través de las 3 cofradías que en ella funcionan (La Cofradía del Santo Cristo, la de San Félix y la de la Purísima); con estos se tuvieron las reuniones después de las celebraciones misionales. Para que la acción misionera llegase a más número de personas se invitó a las madres de niños de catequesis, en reuniones paralelas a la catequesis; y aunque el número fue menor, se tuvo una reunión con ellas. También se tuvo reuniones durante las mañanas con los ancianos, que culminaron con la celebración del Sacramento de la Santa Unción, recibido por una treintena de personas. Se visitaron a los enfermos, donde fuimos acompañados los misioneros por las personas que habitualmente componen la pastoral de la salud. Con los adolescentes nos reunimos en los grupos de poscomunión y confirmación, y a través de ellos preparamos los símbolos de las Eucaristías dominicales. El trabajo con los jóvenes nos resultó más complicado, pues no hay ninguna estructura que facilite el trabajo. Se accedió a un pequeño grupo, hijos de los matrimonios más implicados en la vida de la parroquia; con alguno se contactó durante la comida en su casa; otros acudieron desde la invitación hecha en los grupos de confirmación, y aunque fueron pocos los que respondieron a la invitación, se sintieron motivados para crear un grupo de jóvenes con aquellos que se van a confirmar el 14 de diciembre próximo.

Con todo esto, la celebración de clausura resultó preciosa, con la presencia de todas esas caras de niños, adolescentes, jóvenes, adultos, matrimonios y ancianos con los que habíamos compartido la fe; la guinda fue el mimo del payaso, que representaron los jóvenes, con el cual quisieron poner un toque propio a la celebración parroquial.
No podemos pasar por alto la acogida de nuestras hermanas, las Oblatas de Murcia; fraternalmente me acogieron durante los días que estuve a comienzos de octubre preparando la Misión; compartieron con los dos misioneros la celebración comunitaria del Santísimo Redentor; han estado orando por el desarrollo de la Misión; y se han preocupado por la vida de estos dos misioneros. Gracias de corazón.
Castillo Santa Catalina desde la Plaza de San Juan
Y ahora, después de la siembre, manteniendo nuestra oración, esperamos que la semilla esparcida comience a crecer para que de frutos.

Al marchar de Zarandona, camino de Sevilla, pasé 3 días por Jaén, para ver como va creciendo la siembra realizada en la misión de abril pasado y animar a aquella buena gente del barrio antiguo de la capital del Santo Reino a seguir animados con las asambleas. La acogida, como siempre, excepcional. La ciudad, entre la lluvia y los colores otoñales, preciosa; y, como en la misión, impresionado por la acogida dispensada por las clarisas del Monasterio de Santa Clara, donde compartí los has monjas la oración matutina. Ante esas mujeres que viven con su corazón entregado a Dios y repletas de alegría, uno queda . Una persona de esta parroquia de San Juan me decía que había recuperado la alegría cuando conoció a estas clarisas. ¡Cuanta riqueza existe escondida a los ojos humanos en el interior de los monasterios!
 
Patio de la Magdalena
Después de despedirme de la parroquia, de la comunidad de clarisas, de los demandaderos (Blas y Gloria), me encaminé a mi comunidad sevillana, donde he recuperado pilas en estos 10 días de vida fraterna.
 
Ahora haciendo las maletas para ir a la Mancha de Misión; en concreto a Bolaños de Calatrava. ¡Allí nos vemos!